<b>Una edición española</b><BR><BR>Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,<BR> pregonando los nombres de cada una<BR> mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,<BR> nuestras manos, cual maracas, que suenan<BR> agitan los brillantes colores de las frutas…<BR><BR>Vivo lejos de abuelo,<BR> pero podemos cantar rimas<BR> de ida y vuelta entre nuestros dos países,<BR> nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,<BR> cada sílaba un abrazo<BR> hecho de palabras.