Karl Ove Knausgård escribe con luminosidad y energía, sin condescendencia, de un tiempo cargado de posibilidades e incertidumbres, de ambiciones y de tropiezos un tiempo fundacional y definitorio, en el que el ímpetu colisiona a menudo con la torpeza. <br><br> «Naturalmente, esto no es una novela sino la purga de mi corazón»: las palabras no son de Karl Ove Knausgård, pero, a la luz deáMi lucha,ápodrían muy bien aplicársele. Y es que su serie de «novelas de no ficción» autobiográficas es tan catártica para el que la lee como lo fue para quien la escribió: es la inmitigada franqueza sin filtros del que pone su vida entera en juego la que, al vibrar en la página, reverbera más allá de ella. <br><br>Corre el tiempo, cambian las edades, los escenarios y cuando se abreáBailando en la oscuridad,áel cuarto volumen de la saga, Karl Ove Knausgård tiene dieciocho años y acaba de bajar del avión que lo ha colocado un poco más cerca de su destino.